—No puede ser, ¡mi hija mayor jamás haría algo así! —Madre Zhu no estaba dispuesta a escuchar nada de lo que decía Xiang Bei, después de todo su hija era piadosa y sabía cómo cuidar de la familia, muy diferente a ese inútil tritón-hijo suyo. No había forma de que Zhu Cheng hiciera algo como vender a los niños de su familia. Después de todo, estos niños eran el futuro de la Familia Zhu y no podían ser dañados ni lo más mínimo, su hija mayor no podía ser tan desalmada, ¿o sí?