Vamos Xiao Hua

—Incluso Yu Dong se quedó atónita ante la suavidad esponjosa que se había enganchado en su cintura, no era que nunca hubiera abrazado a un tritón, de hecho, había hecho muchas cosas con los mers, pero sus esposos eran demasiado duros y fuertes ya que habían pasado por mucho, pero Xiao Hua era diferente, él no había pasado por ningún tipo de sufrimiento, al menos no los físicos y como era un cortesano que ganaba dinero con su aspecto, tenía mucho cuidado con la suavidad y esponjosidad de su piel, incluso la piel de su cintura era tan suave como la mantequilla y sus labios.

—Un rubor cubrió sus mejillas mientras miraba hacia otro lado y dijo de manera algo incómoda —Xiao Hua, tu... te falta la camisa... ¿te importaría bajarte?