Regalos perversos

Xiao Hua levantó su mano con el paraguas en ella y lo estampó contra el cuello de Ke Lixin, dejándolo inconsciente antes de mirar alrededor y finalmente encontrar lo que buscaba, entonces se agachó para sujetar las piernas de Ke Lixin y empezó a arrastrarlo hacia el charco lleno de lodo y lo pateó hasta que toda su parte trasera estaba empapada de barro. Una vez terminó su acto criminal, se limpió las manos en los pantalones antes de darse la vuelta y marcharse tan tranquilo como si nada.

Ni una sola vez miró hacia atrás a Ke Lixin, quien ahora dormía en el charco lleno de lodo.