Si hubiera un premio por inventar una historia sin sentido en el mundo, Yu Dong seguramente se lo habría dado a He Cheung. Este último ni siquiera escuchó lo que ella tenía que decir y llegó a una conclusión por su cuenta, no sabía si llamarlo pensador excesivo o rico en imaginación.
—Solo estoy tratando de advertirte… mi familia se mudará a un lugar seguro, no quiero que todos vengan después a reclamarme en caso de que no les hable de la tormenta que es la única razón por la que vine aquí, o sino, tampoco soy fan de ver tu cara.
Yu Dong no quería levantar la mano contra un tritón, que era la única razón por la que no tomó la escoba y golpeó a He Cheung en la cara. ¿Usurpar la posición de jefe de la aldea? ¿Acaso este tritón no sabía que antes de venir a ver a su esposa, los funcionarios vinieron a verla a ella? De no ser porque ella se rehusó a convertirse en la jefa de la aldea, esta posición nunca habría sido entregada a la Señora Gu.