—Señora Yu pudo permanecer en silencio, pero ¿cómo puede el Viejo Tang permanecer callado? Miró a su esposa, quien acababa de llamarlo serpiente, y no pudo evitar gritar agitado —¿Qué quieres decir con eso? ¿Me estás llamando serpiente ahora? ¿Cómo te atreves... después de cómo me has tratado todos estos años, esto es lo que me das a cambio? ¡No olvides que te di una hija!
—Abuela Yu no dijo nada, en cambio, se levantó erguida y luego miró a su esposo con una mirada distante en sus ojos mientras le respondía calmadamente después de una breve pausa —Viejo Tang, ¿realmente no sabes por qué siempre mantuve distancia de ti a lo largo de los años?