¡Alguien dejó una serpiente!

Yu Dong todavía quería continuar pero entonces sintió que el aire en sus pulmones se le escapaba de golpe mientras caía de espaldas al suelo, por un segundo quedó atónita por lo sucedido pero cuando volvió a escuchar el grito de Chen Mi, inmediatamente se puso de pie y salió corriendo de la habitación.

Su rostro estaba pálido mientras salía precipitadamente del estudio, nunca había escuchado a Chen Mi gritar así, ni siquiera cuando estaba embarazado y al borde de la muerte, había apretado los dientes y resistido sin soltar ni un gemido, para que gritara de esa manera y además tan lastimosamente, estaba segura de que algo iba mal. Y cuando entró a toda prisa a su habitación, casi se muere de miedo al ver lo que había dentro.