¿A quién le estás gritando?

Yu Dong corrió hacia la dirección de donde venía el olor a cadáver en descomposición y, a medida que se acercaba al lugar, se sorprendió al darse cuenta de que el aroma se volvía cada vez más y más fuerte y, en cierto punto, se hizo tan intenso que un súbito pensamiento ominoso llegó a la cabeza de Yu Dong.

—¿Y si...?

No sabía si lo que estaba pensando era correcto o no, pero mientras caminaba lentamente hacia la dirección de donde venía el olor, su pensamiento más ominoso se volvió una realidad.

Debido a la lluvia, una parte del acantilado parecía haberse derrumbado como un deslizamiento de tierra, pero esa no era la parte impactante. Lo más impactante era el número de cuerpos que sobresalían de los escombros de lodo y rocas; los ojos de Yu Dong se agrandaron mientras miraba los varios cadáveres, y su mirada los recorrió mientras contaba.