—Está bien, veamos las pérdidas que hemos sufrido —aceptó Wu Junfen mientras se giraba para mirar los campos que pertenecían a su familia y cuando vio que la mitad de sus cultivos habían desaparecido, su corazón no pudo evitar retorcerse. Este iba a ser el momento más difícil que ella y su familia tendrían que enfrentar y aún así sus cultivos ya estaban arruinados y aunque la mitad quedara atrás, sabía que esos cultivos no podrían venderse, a lo sumo podría comerlos con su familia.
Mientras tanto, Yu Dong se giró para mirar los campos que aún estaban en pie y chasqueó la lengua —Parece que te está yendo bastante bien.