Dilo ya, ¿qué hiciste?

—¿Qué está pasando? —Wu Jufen regresó apresuradamente con el aldeano, vestía una impoluta túnica blanca que la hacía parecer una princesa inmortal y para el jefe de la aldea Gu, Wu Junfen era como una Diosa descendiendo de los cielos, razón por la cual la mirada con la que la observaba era febril, haciendo que Wu Junfen se estremeciera mientras daba un paso atrás y miraba a Yu Dong, que se encogió de hombros.

—Es Sun Ah Cy, está enferma y la doctora del pueblo no puede ver qué le pasa... sospecho que comió la carne de los animales que se suponía que debían ser desechados —resumió Yu Dong la situación y se lo dijo a Wu Junfen, cuando Wu Junfen escuchó las palabras de Yu Dong, frunció el ceño y se volvió a mirar al jefe de la aldea Gu que la miraba con esa mirada febril.

Ignoró la mirada brillante del jefe de la aldea Gu que la miraba como si fuera la salvadora del pueblo y dijo severamente: