—¿Este era un buen plan? Esto era un plan suicida y uno que los llevaría directamente al infierno —comentó el Jefe de aldea Gu, quien había ido en contra de Yu Dong una vez y sabía cómo terminaba para ambos. Yu Dong era alguien que buscaría represalias incluso si alguien la pellizcara, solo lo dejaría pasar si el que la pellizcara fueran sus esposos —prosiguió—. ¡Algo que ella no era! ¿Y aún así este tritón quería que tomara su crédito, quería que muriera?
—¿Qué tonterías sigues pensando todo el día? —El Jefe de aldea Gu miró alrededor de su habitación preocupada de que alguien escuchara las palabras de este tonto y luego volvió su cabeza para fulminar con la mirada a su torpe esposo—. ¿Crees que no tengo suficientes problemas como están las cosas? ¿Es Yu Dong alguien a quien podemos intimidar? Si siquiera piensas en ir en contra de esa mujer, ella vendrá a buscarte —recalcó—, ¿cómo puedes siquiera tener esa idea?