Yu Dong miró a Fang Chi, quien expresó lo que pensaba sin siquiera dudar un poco y deseó poder darse una patada a sí misma. Fang Chi era claramente mucho más intuitivo de lo que ella creía y ella era la tonta por pensar que él no tenía ni idea de lo que estaba haciendo con Xiao Hua.
Ella miró al tritón que sonreía hacia ella y antes de que se diera cuenta, lo había abrazado. Tuvo suerte, aunque encontró su felicidad después de morir, pensó que su muerte valió la pena porque conoció a tritones maravillosos en su segunda vida, cuando estaba en el mundo apocalíptico, tenía todas las comodidades y recursos en comparación con otros pero aún así no se sentía feliz.
Solía sonreír pero nunca se sintió como que pertenecía a un lugar, sus padres a menudo estaban ocupados investigando esto y aquello —solo la llamaban cuando la necesitaban.
—Cuida de tus hermanos, sabemos que puedes hacerlo —le decían.
—Dong Dong, eres fuerte, sé que estarás bien —le aseguraban.