Xiao Hua resopló al mirar a la mujer que sin vergüenza alguna afirmaba amarlo. —Creo que te estás olvidando de algo, no me sorprende dado lo vieja que estás pero te lo recordaré ya que se te ha escapado de la memoria —me dejaste inconsciente, me golpeaste cuando intenté detenerte de llevarme y aún así cuando no estaba de acuerdo contigo, me pisoteaste el estómago y luego me llevaste en este carruaje como si fuera un saco de arroz. No sé tú, pero Yu Dong jamás pensaría en golpearme así solo porque le negara algo.
Se volvió para mirar a Gu Li y dijo con desprecio:
—Así que haznos un favor a todos y deja de compararte con mi Yu Dong, la estás faltando al respeto al mencionarla en la misma oración que tú.