—Vamos —dijo Bai Xifeng.
—¿Qué? ¿Ahora mismo? —estaba sorprendida Belleza Mei.
Para ser honesta, no estaba lista para ir allí. Todavía tenía miedo de lo que podrían hacer si la descubrían.
—Sé que el burdel está cerrado ahora. Pero he oído que aún opera de día como restaurante, ¿verdad? —preguntó Bai Xifeng.
—Sí —asintió Belleza Mei.
—Entonces, vamos. Es mejor preguntar a tu amiga acerca de tu hermano lo antes posible. ¿No crees? —preguntó de nuevo Bai Xifeng.
Belleza Mei se quedó en silencio. Lo que el joven maestro dice es verdad, debería ir y preguntar acerca de mi hermano lo antes posible.
—Sí. Vamos —asintió Belleza Mei.
Así que, caminaron hacia el burdel que ahora funcionaba como restaurante. Entraron y fueron recibidos por un camarero.
—Señor, ¿quieren una habitación o solo una mesa? —preguntó el camarero.
—Dénos una habitación —dijo Bai Xifeng.