—Si necesitara deshacerse de cada concubina, ya no podría sentir la misma felicidad. Necesitaba defender su felicidad —pensó en algo—. No sabía por qué su padre y hermano no habían pensado en este método.
—¿Por qué tienes tanta prisa en recortar el presupuesto? Aún tenemos una manera de evitar que eso suceda —Ning Donghai se sentía como un genio por pensar en este asunto.
—¿Cuál es? —preguntó Ning Chen.
—¿Por qué no damos la bienvenida de vuelta al Tío Cuarto en nuestra familia y le dejamos seguir aportando 400,000 taeles a las finanzas familiares? Todos nuestros problemas se resolverían —sugirió Ning Donghai.
Ning Donghai estaba feliz al exponer el método, sin darse cuenta del cambio en la expresión de su padre y hermano. Ning Yongrui y Ning Chen miraron a Ning Donghai como si fuera un idiota. Pensaron que Ning Donghai tendría una buena idea. Resultó ser una mala idea.
—Padre, hermano, deberíamos hacerlo ahora —Ning Donghai todavía estaba lleno de sí mismo.