Zeng Wanyuan sacó a su hija de la habitación.
—Madre, ¿por qué no puedo quedarme dentro acompañando a Xifeng? —Xie Lanying no quería dejar a Bai Xifeng.
—¿Escuchaste lo que él acaba de decir, verdad? —Zeng Wanyuan preguntó a cambio.
—Pero... —Xie Lanying quería decir más.
—Xifeng estará bien solo con el Señor Baishe. No le pasará nada —Zeng Wanyuan la interrumpió.
Se encontraron con Xie Yaoting y Ning Shoukai que estaban esperando fuera.
—¿Cómo está ella? —preguntó Ning Shoukai.
—El Señor Baishe la está acompañando mientras se sumerge en el agua medicinal —dijo Zeng Wanyuan.
Ning Shoukai quiso entrar pero Zeng Wanyuan lo detuvo. —El Señor Baishe no quiere que nadie los moleste.
—Pero... —Ning Shoukai quería decir más.
—Shoukai... Ella estará bien. El Señor Baishe está monitoreando la condición de Xifeng. No dejará que le pase nada a su maestra —Zeng Wanyuan le dio unas palmaditas en el hombro a Ning Shoukai.
—Sí. Es cierto —Xie Yaoting también pensaba lo mismo.