—Gracias —dijo Bai Xifeng.
Ella sabía que si no fuera por la acción de Baishe, podría estar durmiendo eternamente.
—Solo estoy pensando en mí mismo. Si tú te vas, estaré atrapado en ese espejo otra vez —se giró y declaró Baishe.
—Está bien... está bien... entiendo —Bai Xifeng notó las orejas rojas de Baishe y sonrió—. Salgamos por ahora.
Bai Xifeng sabía que había causado problemas a Xie y a la Familia Ning mientras estaba durmiendo. Salía del cuarto cuando se encontró con Xie Lanying y Zeng Wanyuan que estaban a punto de entrar.
—Xifeng, ya despertaste —dijo Xie Lanying.
—Sí —asintió Bai Xifeng.
—Pensé que habías perdido la conciencia otra vez —dijo Xie Lanying.
Bai Xifeng sonrió. Entonces, vieron acercarse apresuradamente a Ning Shoukai y sus padres, así como a Xie Yaoting.
—Xifeng, finalmente te despertaste —Ning Shoukai parecía aliviado al ver a Bai Xifeng.
—Hmm... Lo siento por preocuparos —dijo Bai Xifeng.