Xie Jingguo miró a Gryffindor con expectación. —¿Puedes hablar?
Gryffindor miró a Xie Jingguo y se volvió hacia su amo. Le estaba diciendo algo a Bai Xifeng por telepatía.
—Eh? ¿Por qué no habla? —preguntó Xie Jingguo.
—Bueno, sus palabras... No estoy hablando con un idiota —Bai Xifeng expresó los pensamientos de Gryffindor.
—¡Pfft!
—Jajaja...
Todos se reían al escuchar eso. Xie Jingguo se quedó sin palabras.
—Vale, chicos. Ya basta de reír. Concentrémonos —les recordó Xie Lanying.
Todos dejaron de reír.
—Vale... Nuestro plan es acercarnos a esos dos Murciélagos Sanguinarios. Cuando el arreglo desaparezca, Gryffindor y yo nos lanzaremos hacia esos Murciélagos Sanguinarios. Si pueden seguir mi ritmo, genial. Pero si no pueden, tendrán que enfrentarlos, ¿entendido? —Bai Xifeng explicó el plan.
—Vale —Todos entendieron el plan.