Bai Xifeng salió de su habitación y vio a Liu Longwei afuera.
—Buenos días —Bai Xifeng lo saludó.
—Mmm... Buenos días —Liu Longwei asintió.
—Primero llenemos nuestros estómagos —Bai Xifeng sacó unos bollos al vapor del Mundo Espejo.
Bai Xifeng le dio uno a Liu Longwei —Toma.
Liu Longwei no rechazó los bollos al vapor. Los aceptó y se los comió.
—¿Cuál es tu plan? —preguntó Liu Longwei.
—Nos vamos —dijo Bai Xifeng.
—¿No quieres robarles? —preguntó Liu Longwei.
—No hay nada que robar aquí. Los subordinados de Mori ya me lo dijeron —dijo Bai Xifeng.
—¿Mori? —Liu Longwei no reconoció el nombre.
—Mmm... mi bestia contratada —respondió Bai Xifeng.
Al escuchar eso, Liu Longwei se sintió aliviado. Pensó que ella había conocido a otro hombre.
—Vale. Nos iremos después del desayuno —dijo Liu Longwei.
—Mmm —respondió Bai Xifeng.
Bai Xifeng y Liu Longwei caminaron hacia el carruaje.
—Maestro, ¿puedo volver? —Cerberus habló al ver a su maestro aparecer.