Bai Xifeng no le importaba lo que el sirviente pensara de ella. La siguió al Palacio Jasmine. Entraron en la sala donde la emperatriz viuda estaba sentada con alguien. Parecían estar hablando. El sirviente saludó a la emperatriz viuda. Bai Xifeng finalmente reconoció a la persona que había estado hablando con la emperatriz viuda. Era la emperatriz. Se sorprendió de ver a la emperatriz aquí. La emperatriz parecía ser una persona diferente aquí. Era diferente cuando la vio anoche.
—Señorita Bai, estás aquí —la emperatriz viuda sonrió al mirar en dirección a Bai Xifeng.
—Madre, ¿es la persona que has estado esperando, la señorita Bai? —preguntó la emperatriz.
—Sí, ella es —la emperatriz viuda asintió.