Pero al final, Fernando Yoder no la culparía; se culparía a sí mismo por no haber podido estar allí para enseñarle desde pequeña.
El rendimiento de Amalia lo complació mucho.
Parecía que la constitución genética de su familia era de primera.
Los dos se retiraron a la entrada, sin interrumpir el reencuentro y la conversación entre el abuelo y la nieta.
Antes de ser envenenado, Fernando Yoder era una persona muy habladora, pero décadas de represión lo habían convertido en una persona taciturna.
Ahora, la forma en que hablaba sin cesar parecía asemejarse a sus días más jóvenes.
El preludio familiar duró una hora.
Durante este tiempo, Amalia también hizo muchas preguntas sobre Raminas Yoder.
Dado que la dueña original era muy joven cuando sus padres biológicos fallecieron, no había muchos recuerdos sobre Raminas Yoder en su mente.
En cuanto a Raminas Yoder, Fernando Yoder podría hablar de él sin parar durante tres días y tres noches.