—Kenny Lin dijo —No.
—Amalia se rió entre dientes —¿Recuerdas que mencioné que saldaría cuentas contigo?
—Kenny Lin se mostró sorprendido —¿Es así? No lo recuerdo. ¿Estás segura de que no estás confundida?
—No, recuerdo que me acusaste de jugar a dos bandas. Ahora que todo terminó, podemos hablar de eso. Si no me lo explicas hoy, te garantizo que no podrás salir de aquí —dijo Amalia.
Después de que Amalia terminará de hablar, Kenny Lin miró el cielo con calma.
—¿Qué estás mirando? —preguntó Amalia.
—Solo estoy comprobando la hora del día y cuánto tiempo me queda de vida —respondió Kenny Lin.
—Amalia lo pateó —Basta de bromas. Dime sinceramente, ¿cómo es que tienes memoria de cuando estabas en el periodo de ropas blancas? ¿Y por qué tú en el periodo de ropas blancas no tienes recuerdos del periodo de ropas negras? Si me lo dices ahora, yo también compartiré mi secreto contigo.
—Kenny Lin meditó con sus dedos, preguntándose si el trato valía la pena.