El fin de la guerra (Parte 10)

La respuesta del General Silva fue similar, aunque solo contestó al día siguiente, probablemente debido a su apretada agenda en la segunda ciudad.

Con el acuerdo de estos dos, las opiniones de los demás no importaban.

—Eres el abuelo de Amalia, así que te llamaremos Tío.

La pareja Vanquez dio una cálida bienvenida a Fernando Yoder, asegurándose de que se sintiera cómodo hospedándose con ellos, sin que Amalia tuviera que mediar.

Fernando Yoder parecía halagado.

Él había estado preocupado de que los padres adoptivos de Amalia pudieran tener problemas con él.

Al ver sus sonrisas genuinas, sus preocupaciones se disiparon.

—Pueden llamarme Tío Fernando. Gracias por cuidar de Amalia todos estos años; como su abuelo he sido demasiado incompetente —dijo.

La señora Vanquez sonrió con calidez:

—Dejemos el pasado atrás. Mientras apreciemos el presente, esa es la mejor manera de recompensar a los niños.

—Tienes razón —asintió Fernando Yoder, sintiéndose emocionado.