Mar de la Muerte (Parte 2)

—Cuando volvió a caer en el mar, provocó enormes olas una vez más.

En el mar, nadando de un lado a otro, un par de ojos ocultos miraban a regañadientes cómo Kenny Lin y Amalia pasaban rápidamente volando por encima.

Este tipo de situación era casi rutinaria en el mar.

No fue hasta que llegaron a aguas tranquilas que se sumergieron en el mar.

Ser conspicuos en la superficie atraía demasiada atención, así que era más conveniente bajo el agua.

Si se encontraban con cualquier extraña onda sonora, podían avisar a Riqueza con antelación para evitarla.

Su mayor activo no era el Anillo Soltice de Amalia ni las únicas venas espirituales de Kenny Lin, sino Riqueza.

—Riqueza, oh Riqueza, ahora te toca a ti. Papá te ha tratado bien, ¿verdad? Siempre siendo una masa gorda esperando morir no te conseguirá una esposa en el futuro —dijo Kenny Lin, acariciando afectuosamente la cabeza de Riqueza.

Riqueza parecía completamente desconcertada.

—¿Qué tenían que ver estas cosas entre sí?