—No quiero discutir contigo aquí. Si quieres proteger al Rey, puedes hacerlo, pero si te atreves a hacer algo que le haga daño al Rey, incluso si me cuesta la vida, te arrastraré conmigo. Digo lo que pienso y haré lo que prometo —declaró firmemente el Pulpo del Anillo Azul.
Al escuchar esto, las expresiones de ambos Goblasharks se oscurecieron y sus ojos se volvieron aún más hostiles.
Pero no dijeron nada y pronto se contuvieron.
Sin embargo, era evidente para cualquiera que había discordia entre ellos.
—En ese caso, para mostrar nuestra sinceridad, nos encargaremos de estos dos humanos. Tú ve a proteger al Rey —habló el Goblashark macho.
El Pulpo del Anillo Azul no sabía qué estaban tramando, pero también tenía la misma intención.
No podía confiar en dejar al Rey en sus manos —Hagámoslo de esta manera entonces.
Hablaban el idioma de las criaturas marinas, que Vigil Storozh y el Presidente Luis no podían entender.