Después de estudiar formaciones por más de diez días, Amalia había hecho un progreso significativo.
Esta formación no estaba establecida con un disco de formación ni banderas de formación, sino que para desplegar una formación tan masiva, la persona que la había organizado tenía que ser muy hábil, especialmente competente en el camino de las formaciones.
—¡Formación Oculta, Formación de Hielo, Formación de Fuego, por qué todas son Formaciones de asesinato! —exclamó Amalia.
Otro discípulo estaba siendo arrastrado, y enfrentaba varias formaciones de asesinato que lo alarmaron.
Logró esquivar por poco los ataques letales y luego vio a Amalia.
Con una mirada de alegría, estaba a punto de acercarse a ella cuando el aire a su alrededor fluctuó repentinamente.
Una grieta se abrió en el cielo, escupiendo a una persona que cayó directamente al suelo.
—¡Ay, eso duele! —se quejó la recién llegada.