Una vez que el rugido se detuvo, el silencio cayó sobre la zona, sin ningún otro sonido que rompiera la quietud.
El Gorila Crestado Negro apoyó sus puños en el suelo, preparándose para moverse hacia el estanque espiritual, cuando de repente notó a la pequeña humana aún de pie con una espada apoyada en su hombro.
Sintiendo su autoridad desafiada por una humana tan diminuta, el Gorila Crestado Negro se enfureció.
—Rugió poderosamente, intentando demostrar su poder absoluto a la humana.
La expresión de Amalia se tornó seria.
Este Gorila Crestado Negro no era como los demonios que había matado en el reino de ilusión anteriormente.
En el reino de ilusión, aquellos demonios de nivel de Gran Líder tenían sus poderes debilitados y no mostraban su verdadera fuerza.