Flor Jade Celestial Ocho Estrellas (Parte 8)

Con respecto a Amalia robándole su presa e interrumpiendo su diversión, Kenny Lin solo pudo enfundar su espada y mirarla impotente, pero indulgente.

Amalia no mostró expresión, aunque sintió un ligero escalofrío; este rey del drama siempre tenía una forma de sacarla de quicio.

—Apúrate a limpiar la escena —dijo Amalia en voz baja, superando su incomodidad.

Kenny Lin no se movió y preguntó con indiferencia:

—¿Para qué tanto problema? Incluso si los demonios lo descubren, no sabrán que fuimos nosotros. Y aunque lo supieran, ¿qué podrían hacer?

—Es mejor evitar problemas innecesarios —respondió Amalia.

Era una costumbre de su vida pasada como mercenaria no dejar rastros que pudieran exponer su identidad.

Aunque las cosas eran diferentes ahora, tener un poderoso respaldo no significaba que uno pudiera actuar imprudentemente.

El joven maestro del clan del diablo era un ejemplo de ello.