Persecución Implacable

El guardaespaldas que había estado siguiendo a Ella y su grupo volvió inmediatamente, protegiendo a Mason de más ataques.

Eric y Ella intercambiaron una mirada cómplice, se tomaron de los brazos y se alejaron paseando tranquilamente.

Amelia y Richard se reían tanto que apenas podían mantener sus mandíbulas cerradas. Mason, ese patán, finalmente había obtenido lo que se merecía.

A algunas personas les molesta que se burlen de su orientación sexual, y a Mason, a quien le repugnaba la idea de ser asociado con la homosexualidad, no podía soportar que los hombres le coquetearan. Su personalidad arrogante aseguraba que tendría una reacción desagradable a tales encuentros.

¿Un hombre así? ¡Bien, recibir una paliza era solo el karma alcanzándole!

El grupo se dirigió al borde del Valle de Silver Creek, donde guijarros suaves bordeaban las orillas y el agua era cristalina, con pececillos nadando perezosamente debajo de la superficie.