Ante las burlas y mofas del público, Leah estaba tan enfadada que le palpitaba el pecho, pero no le quedaban fuerzas para contraatacar. Tapándose la boca, salió corriendo.
Los reporteros, ahora aún más emocionados, giraron ansiosamente sus cámaras hacia Eric y Ella en el escenario.
—Gracias a todos por su apoyo. Mi esposa, Ella, y yo estamos profundamente agradecidos, por eso hemos organizado una recepción en el quinto piso para recibir a todos. Espero que en el futuro, cuando haya una gran noticia, todos miren más de cerca y no se dejen engañar por aquellos con malas intenciones —dijo Eric con calma, levantándose y tomando la mano de Ella.
—Señor Nelson, ¿cuándo celebrarán la boda?
—El señor Nelson es tan amable, ni siquiera está enojado de que hayamos difamado a su esposa.
—Alguien tan digna como la Srta. Davis no podría haber hecho algo así.