Una trampa cuidadosamente preparada

Eric sintió la misma oleada de mareo y rabia recorrerlo. Esta era la casa de su tío, un lugar en el que confiaba, por lo que no había pedido a sus guardaespaldas ni a nadie más que probaran la comida antes. ¿Cómo podían incluso los más cercanos a él traicionarlo?

Antes de que pudiera resistirse, su cuerpo cedió y colapsó sobre la mesa.

Los guardaespaldas de Eric esperaban afuera, ya que era una reunión familiar y Eric les había asegurado que todo estaba bien. Ninguno de ellos sospechaba del caos que se desplegaba en el interior.

Dos hombres vestidos de negro entraron silenciosamente por la parte trasera de la casa y se llevaron a Eric.

...

Media hora más tarde.

Ella abrió los ojos confundida, su visión aún borrosa. Lo primero que vio fue la mirada preocupada de Lucas.

—¡Eric! —exclamó, su mente se concentró en lo único que importaba. Se sentó abruptamente y se dio cuenta de que aún estaba en la casa de Curtis, ahora sentada en el sofá.