Eric miró a Ella y sonrió con dulzura. —Ella, ¿te quedarás aquí?
Ella asintió. Después de todo, lo que tenía que enfrentarse, eventualmente tendría que ser enfrentado.
Dado que había decidido quedarse, bien podría tener una conversación clara y honesta para llevar algo de alivio a su corazón.
Lucas se marchó en silencio con Eric, mientras Ella se sentaba, clavando la mirada en Lucas con calma.
La mirada de Lucas estaba llena de ternura. —Ella, lo siento mucho... No supe de ti todos estos años. No sabía que eras mi hija.
Ella apretó los labios. —No es tu culpa. Siempre te has preocupado únicamente por tu carrera.
Un destello de dolor cruzó los ojos de Lucas. Sabía que, sin importar lo que dijera, sería imposible que Ella lo perdonara al instante. Tendría que encontrar otra forma de cerrar la brecha.