—Padre, ella entenderá tus intenciones algún día —dijo Luke suavemente, intentando consolar a Lucas—. Terminemos de comer y vámonos a casa temprano, ¿de acuerdo?
Lucas se veía pálido, probablemente debido a la falta de sueño en los últimos días. Estaba preocupado por la seguridad de Eric, sabiendo que si algo le pasara, Ella estaría devastada.
Tal resultado haría aún más difícil reparar la relación padre-hija. Lucas había apostado: confiaba en que Eric sería lo suficientemente fuerte como para salir adelante por sí solo.
Aunque externamente mostró desaprobación hacia Eric, en el fondo, esperaba que la elección de su hija resultara ser la correcta.
Lucas había sido atormentado por noches de insomnio, su mente agobiada por la ansiedad. Solo Luke, que había estado a su lado, podía ver cuánto le afectaba.