Maldito sea para ser infeliz

Ella tomó una respiración profunda, sus nervios se calmaron con Eric a su lado. Su mirada se suavizó, llena de calidez. —Tienes razón. El bebé es fuerte y estará bien. Papá, ¿cuánto tiempo te quedarás esta vez?

Lucas sonrió. —Por supuesto, me quedaré hasta después de tu boda. Luego volveré brevemente al País W, pero a menos que ocurra algo importante, siempre haré lo posible por regresar al País S para estar contigo.

Ella se sintió un poco incómoda. Ya era adulta, sin embargo, su padre todavía quería quedarse a su lado.

Cerca de allí, el rostro de Luke estaba oscuro de ira. Le dio a Ella una breve mirada antes de girarse y salir de la habitación.

El día que regresaron del País W, Lucas le había informado que Ella no estaba enferma y no había tenido un aborto espontáneo, que todo había sido una fachada.

Luke estaba conmocionado y furioso, dándose cuenta de lo tontas que habían sido sus palabras hacia Ella.