Protección Reforzada

Ella miró a su alrededor en la habitación, desconcertada. Últimamente, había sentido una persistente sensación de ser observada.

Cada vez que salía de la villa y aparecía en público, parecía como si alguien en las sombras la estuviera observando en silencio. Ocasionalmente, sentía la mirada, pero nunca podía precisar de dónde provenía.

Eric había terminado su discurso, sacando a Ella de sus pensamientos. Le pasó el micrófono con una sonrisa juguetona. —Tu turno, querida. Di unas palabras y confiesa tu amor por mí.

Ella sintió un ligero calor subir a sus orejas. No era de las que se acobardaban fácilmente, pero al estar frente a tantos invitados distinguidos, amigos y familiares, no pudo evitar sentirse un poco abrumada.

Aclarándose la garganta suavemente, comenzó: