Lucas lo tenía difícil. Para un hombre tan orgulloso e inflexible como él quedarse soltero de por vida por devoción a una mujer—probablemente hubiera pocos como él en el mundo.
Después de jugar un rato con el pequeño Dorian, Eric regresó y levantó entusiasmado a Elias. Padre e hijo pasaron un gran momento juntos, riendo y creando lazos.
Sin embargo, Lucas tenía un banquete al que atender y se marchó después de charlar brevemente con Ella.
Ella observaba a Dorian jugar felizmente por su cuenta y no pudo evitar sonreír. Su corazón se inflaba de felicidad y dulzura.
Mientras tanto, Elias estaba en brazos de Eric, tirando alegremente de la camisa de su papá y riendo con ganas.
Eric, vestido con pantalones cortos, sostuvo a Elias un rato antes de que el pequeñín comenzara a revolverse para bajar y jugar.
—Por cierto, papá sugirió que tenga uno o dos hijos más. ¿Qué opinas? —le preguntó Ella a Eric con una sonrisa juguetona.