—Señorita Ella, mi interés en ti ha crecido aún más, y también me encuentro curioso acerca de tu esposo. Sin embargo, todavía no es el momento adecuado. Espero que un día tenga la oportunidad de conocerte.
La nota no llevaba amenazas, apenas un tono casual, casi indiferente, como si el escritor estuviera compartiendo sus pensamientos sin preocupaciones.
—Este tono... —Ella frunció el ceño—. Realmente podría ser solo una especie de juego de palabras. ¿Qué piensas?
—Juego o no, me aseguraré de que no logren lo que quieren. Haré que todos estén más vigilantes —Eric frotó su mejilla contra la de ella, su aliento cálido le rozaba la cara.
—Pero esta persona es tan escurridiza, casi increíblemente hábil —Ella suspiró, la frustración se filtraba en su voz—. No importa cuánto investiguemos, no podemos encontrarla. Eric, ¿es esta la primera vez que algo así nos pasa?