El interior de la villa era muy extraño, como si fueran dos mundos diferentes. Por un lado, había paredes oscuras y sin ventanas adornadas con lunas, soles, estrellas y algunos patrones extraños.
Por el otro lado, coloridos cuadros llenaban el espacio con vitalidad y una sensación de alegría. Los dos estilos representaban claramente mundos diferentes.
—Este hombre, al parecer, no era un artista —era un perfeccionista pervertido.
Ella acababa de bajarse del avión y su cuerpo se sentía completamente frío, como si estuviera congelado. Pero en cuanto entró al vestíbulo, el calor del sistema de calefacción la golpeó, aunque todavía no podía evitar temblar ligeramente.
¡Había llegado! Pero, ¿dónde estaba Elías?
Su corazón se hundió al escanear la entrada y el vestíbulo principal, pero no vio nada que perteneciera a un niño. Eso significaba... ¿tal vez Elías no estaba aquí?
Incluso si no estaba, ¡este hombre definitivamente sabría dónde estaba Elías!