—¿Viene?
La brisa marina aullante desordenaba el cabello de Ella mientras ella temblaba. Después de tantos años, de repente se dio cuenta de lo frío que podía ser el invierno.
El sabor a sal del mar se dejaba sentir en el aire. Junto al húmedo mar, algunos de los sirvientes de Charlie estaban pescando. Los robustos hombres reían y charlaban mientras trabajaban, exudando un sentido de felicidad.
Ella apretó los puños con fuerza, con la mirada fija en el helicóptero que descendía cada vez más bajo, preparándose para aterrizar en la pequeña pista de aterrizaje cercana.
El espacio para helicópteros no necesitaba ser extenso, y este lugar era más que adecuado.
El helicóptero se detuvo, y tres hombres salieron. ¡Al frente del grupo estaba Mason!
El ánimo de Ella se disparó. Necesitaba mantenerse alerta: ese hombre tenía respuestas que ella tenía que descubrir. Esta vez, daría todo de sí misma para enfrentarse a él.
Mientras tanto, en la residencia de Mason: