Sin embargo, considerando que Nicholas era el hermano de Samantha, Eric había decidido perdonarlo. En lugar de eso, hizo que todas las fotos que el periodista había guardado fueran completamente destruidas.
Aun así, no importaba cuán a fondo se borraran esas fotos, Eric ya las había visto. Ahora estaban quemadas en su memoria, imposibles de olvidar.
Frustrado, dejó su teléfono a un lado, su mano alcanzaba instintivamente el paquete de cigarrillos que tenía junto a él.
A Ella no le gustaba que él fumara. Pensando en eso, Eric resistió el impulso y retiró su mano.
Tomó una respiración profunda, intentando reenfocar su mente y seguir adelante con su trabajo del día.
Pero tan pronto como abrió los archivos que tenía delante, su interés se desvaneció rápidamente. Los dejó caer débilmente, reclinándose en su silla y cerrando los ojos. En el momento en que lo hizo, la imagen inquietante de hace años resurgió
aquella chocante y vívida salpicadura de rojo...