OBSCURA NOCTIS - PARTE 5

—Tu compañero me envió a buscarte —explicó gentilmente Henri, el explorador—. Te llevo de vuelta a la fortaleza para encontrarte con él.

—Ahora sé buena chica y no te transformes ni te escapes de nuevo. No estoy aquí para hacerte daño —explicó—. ¿Entiendes?

Dahlia soltó su aliento y su ira se desvaneció. Estaba demasiado cansada para seguir luchando.

—Entiendo —respondió con un asentimiento al rastreador.

—Lo siento por antes —Dahlia se disculpó—. Su mirada cayó en sus manos. Observaba sus dedos mientras los retorcía nerviosamente—. Estaba asustada. Por eso te mordí.

Henri rió entre dientes.

—Eso no es lo peor que he enfrentado.

Levantó su mano hacia ella, y Dahlia pudo ver que la marca de la mordida era solo una ligera imperfección, pero él ya estaba sanando.

Sin embargo, ella frunció el ceño al ver que le faltaban sus últimos dos dedos.

—Eso parece que debió haber sido doloroso —comentó, con los ojos fijos en los dedos faltantes.