TERCER GRADO - PARTE 3

R-18, y ya sabes lo demás.

Por más que Andre intentaba apartar sus pensamientos mientras se preparaba para acostarse, estos no lo dejaban solo. El recuerdo de los labios de Mielle sobre los suyos, su aliento caliente en su mejilla al separarse, lo atormentaba a cada minuto que pasaba.

Dormir era inútil. Andre no podía creer lo excitado que estaba. Era tan malo que se había vuelto doloroso; sabía cómo solucionarlo, pero preferiría tenerla a ella—Mielle, con él, dándole alivio a su cuerpo con el de ella.

Las palabras que ella había dicho antes, antes de que fueran groseramente interrumpidos por Tobias, seguían retumbando en sus oídos.

—Entonces, ¿qué estás esperando?

El problema era que aún no estaban casados, y él era anticuado y un caballero, no queriendo imponerse sobre ella.

—¡UGH!

Gimió mientras su miembro latía dolorosamente, su cuerpo rehusándose a calmarse y rogándole por alivio.