Cuando estaba aturdida por el sueño, sintió algo que se arrastraba hasta su cuello, enrollándose alrededor de él, haciendo que su respiración fuera algo difícil.
Sus ojos se abrieron ligeramente, y se encontró con los aterradores ojos negros de Ruan Tianling.
—Ah —al verlo de repente, Jian Yufei pegó un salto, un suave grito de sorpresa se escapó de su boca.
—Jian Yufei, me dijiste anoche que harías tu mejor esfuerzo para cooperar conmigo, pero hoy deliberadamente me has incriminado. ¿Cómo crees que debería castigarte? —Ruan Tianling, con una sonrisa siniestra, habló, sonando muy parecido a un diablo.
Jian Yufei estaba ahora completamente despierta, su mano agarrando su cuello.
¿Tenía la intención de estrangularla hasta la muerte?
—No te incriminé, créaslo o no —lo miró fijamente con calma, su expresión impávida.
Ruan Tianling entrecerró los ojos ligeramente, apretando su agarre suavemente. Su frágil y delicado cuello estaba en la palma de su mano.