Ese día coincidió que tenía su periodo. No solo había consumido mucho alcohol, sino que también estaba empapada por la lluvia, lo que le causó enfermarse.
Su condición fue grave esta vez, y pasó toda la noche en el hospital hasta recuperar la conciencia.
Al abrir los ojos, lo primero que vio fue el techo blanco inmaculado.
Luego escuchó la voz preocupada de su abuelo:
—Yufei, ya despertaste. ¿Cómo te sientes? ¿Hay algo que te moleste?
Al girar la cabeza, Jian Yufei vio a su abuelo sentado junto a su cama, y detrás de él estaba Ruan Tianling.
Sus miradas se encontraron, una profunda, la otra serena como el agua.
Retiró su mirada, sonrió a su abuelo y dijo:
—Abuelo, estoy bien, te he hecho preocupar.
Ruan Anguo sonrió amablemente y dijo:
—Está bien si estás bien, el doctor también dijo que estarás bien después de descansar unos días. Tu salud es lo más importante.
—Hmm, lo sé. —Jian Yufei asintió.