Los ojos de Jian Yufei se llenaron de lágrimas, su garganta se sentía como si estuviera bloqueada por algo, haciéndola sentir extremadamente incómoda.
—¿Eres tú, Yufei?
—Mamá, soy yo.
—¡Yufei, dónde has estado! ¿No sabes que tu mamá ha estado muy preocupada por ti? No quiero vivir más. Te fuiste de casa sin decir palabra, ahora tu tío ha sido arrestado, el hotel está sellado, y yo... Oh, Yufei, ¿dónde estás? Por favor, vuelve pronto, te necesito ahora mismo, ¡por favor regresa rápido!
Escuchando los llorosos lamentos de su madre, Jian Yufei no pudo evitar llorar.
Ella hizo su mayor esfuerzo por abrir bien los ojos, tratando de no llorar en voz alta.
—Mamá, ¿cómo estás ahora? Vi en la televisión que has sido hospitalizada. ¿Te sientes mal?
Si solo fuera un desmayo, ¿por qué estaría continuamente en el hospital sin salir?