No le preocupaba ser extorsionado; lo que verdaderamente le asustaba era si ellos no querían dinero, solo vidas. Cuanto más lo pensaba Ruan Tianling, más incómodo se sentía. Estaba muy preocupado de que algo le pudiera pasar a Jian Yufei. Esta preocupación mezclada con hilos de pánico, hacía imposible que él no se preocupara por ella, que no se preocupara por ella. No entendía por qué se preocupaba tanto por su seguridad. La explicación que se daba a sí mismo era que ella estaba llevando a su hijo en su vientre, de ahí su intensa preocupación por ella. Pero se preguntó a sí mismo, si ella no estuviera embarazada, ¿le seguiría importando tanto? Ruan Tianling no pudo responder a esta pregunta hipotética. En ese momento, su teléfono sonó, interrumpiendo sus pensamientos. Rápidamente tomó el teléfono y respondió a la llamada:
—¿Quién es?