—¿Qué?! ¿Ella otra vez? La persona que más detestaba Xu Man en ese momento era Jian Yufei. La mera mención de su nombre la sacaba de quicio.
—Yueyue, quizás estás pensando demasiado. La persona a la que Tianling más le importa eres tú. No se preocupará por otras mujeres —Liu Qianqian frunció ligeramente el ceño, luego sonrió y tranquilizó a Yan Yue.
—Dejó a Yueyue sola por esa mujer despreciable, ¿acaso eso no es preocuparse? —replicó enfadada Xu Man.
—¿Podrías hablar menos? —Liu Qianqian le dio una mirada de impotencia.
Cuando Xu Man vio que la tez de Yan Yue empeoraba, supo que había hablado de más, pero no estaba dispuesta a ceder.
—Solo estoy diciendo la verdad, Tianling realmente se está pasando...
—Ah, estamos indefensas. Si Jian Yufei quiere mostrarse delante de Tianling, ¿realmente podemos detenerla? —Liu Qianqian sacudió la cabeza con resignación, aunque su comentario casual hizo que Xu Man se pusiera a pensar.