—¿Quieres probarlo ahora? —los ojos del hombre barrían con un brillo agudo y ominoso.
—...
¡Esto es realmente aterrador!
¡Este hombre es demasiado aterrador!
Jian Yufei ya le tenía miedo, ahora le tenía aún más miedo.
A sus ojos, no era diferente de un demonio.
Ruan Tianling besó ligeramente sus labios, murmurando, «Así que no me hagas enojar, quédate obedientemente a mi lado, si me obedeces te daré todo. Si no, no me importa usar otros métodos para hacer que obedezcas...».
El cuerpo de Jian Yufei no pudo evitar temblar levemente, sus palabras la asustaron.
Ella llevó una vida sencilla desde pequeña, casi sin encontrarse con oscuridad alguna.
Para ella, la amenaza de Ruan Tianling era algo en lo que nunca había pensado, parecía un cuento salido de la nada.
Pero ella sabía, todo lo que decía era verdad, él podría hacerlas realidad.
Sintiendo su miedo, los ojos del hombre se oscurecieron.