En la sala de operaciones del hospital, Ruan Tianling estaba en proceso de ser resucitado.
Los padres de Ruan llegaron apresurados tan pronto como escucharon la noticia, sus rostros llenos de preocupación e inquietud.
—Yueyue, ¿qué le pasó a Tianling? ¿Por qué ha sido envenenado? ¿Quién lo envenenaría? —la madre de Ruan se aferraba desesperadamente a la mano de Yan Yue, su voz llena de ansiedad.
Los ojos de Yan Yue estaban rojos, y su rostro pálido no podía esconder su evidente preocupación y miedo.
—Tía, yo tampoco sé quién drogó a Tianling. Hoy, quería ir al hospital para un chequeo, pero me sentía tan incómoda yendo sola. Así que fui a ver a Tianling y le pedí que me acompañara. Lo encontré dormido en el dormitorio y no podía despertarlo de ninguna manera. Cuando lo llevamos al hospital apresuradamente, los doctores confirmaron que había sido drogado con un Afrodisíaco, y uno particularmente peligroso.