—Te extraño, Lyla —dije suavemente, suspirando con un anhelo que se hacía difícil de suprimir... —Siento como si no te hubiera visto en años.
—Yo te extraño más —suspiró ella—. Sinceramente, quería regresar tan pronto me recuperara, pero la Alta Sacerdotisa no quiso escuchar ni una palabra al respecto. Insiste en que debería esperar hasta después del Festival de la Luna de Cosecha, y luego ya podré ir contigo.
—Sí —asentí, echando un vistazo a los informes dispersos en mi escritorio—. No me extrañarías si vieras esta montaña de trabajo bajo la cual estoy sepultado. Todos andan corriendo como si sus colas estuvieran en llamas. Hemos disfrutado de una semana sin ninguna amenaza Feral; no se ha avistado nada desde entonces. Así que, nos estamos preparando para el festival. Patrullas, arreglos de comida, el plan de asientos para los ancianos – es una locura.