Lyla
—Falsa alarma —anunció Ramsey mientras entraba en la sala de guerra—. No hubo ninguna brecha en la puerta del norte.
Levanté la vista de los preparativos del ritual que estaba revisando con la Niñera.
—¿Y los centinelas muertos?
—Esa parte era real —dijo con expresión sombría—. Tres guerreros, con las gargantas cortadas. Pero no hay evidencia de una fuerza invasora. Sin huellas, sin olores, nada.
Algo frío se asentó en mi estómago.
—Un trabajo interno.
Ramsey asintió.
—Alguien quería desviar nuestra atención de algo más.
—O de alguien —añadió Gamma Darius, sus ojos encontrándose con los míos—. Como la bomba en tu coche.
Todos nos quedamos en silencio, las implicaciones pesando en el aire. Luna Blanca tenía un traidor—quizás más de uno—trabajando para Nathan.
—El ritual debe continuar —dije finalmente—. Necesitamos que esos Ferales luchen por nosotros, no en nuestra contra.